Dalias: flores que florecen desde la raíz
- Georgina Schravesande Gutierrez
- 24 oct
- 3 Min. de lectura
Las dalias son hijas del verano mexicano. Brotan del corazón de la Tierra y se abren al sol con una fuerza silenciosa. Su belleza no es casual: nace de una raíz que guarda memoria.Cada tubérculo encierra el pulso de temporadas pasadas y la promesa de volver a florecer.
Sigue leyendo para conocer cómo sembrarlas, cuidarlas y guardarlas cuando el ciclo termina.

🌱 Cómo sembrarlas
Empieza con un suelo suelto y lleno de vida. Las dalias necesitan mucha luz —al menos seis horas de sol directo al día— y una tierra que drene bien, con abundante composta o materia orgánica.
Entierra los tubérculos a unos quince centímetros de profundidad, con el cuello hacia arriba y el brote apuntando al cielo. Deja 40 a 60 centímetros entre cada planta, para que puedan expandir sus raíces y florecer sin competencia.
Siembra después de las heladas, cuando la tierra esté templada y lista para recibirlas. Con un poco de paciencia, verás brotar los primeros tallos entre tres y cinco semanas después.
🌼 Cuidarlas en su esplendor
Riega de forma profunda, pero deja que la tierra se seque ligeramente entre riegos. Las raíces no toleran el exceso de humedad: son fuertes, pero sensibles.
Cuando los tallos alcancen unos 30–40 centímetros, puedes hacer “pinching”: corta la punta de crecimiento principal para fomentar ramas más fuertes y una floración más abundante. Puedes hacerlo una o dos veces antes de que aparezcan los primeros botones florales.
A medida que crecen, dales soporte.
Si solo tienes unas cuantas plantas, clava una estaca cerca del tallo principal.
Si siembras muchas, coloca una malla pepinera extendida horizontalmente sobre la cama, a unos 40–50 cm del suelo. Esto permitirá que los tallos crezcan largos, derechos y resistentes al viento.
🌸 El momento de florecer
Las dalias anuncian el corazón del verano y acompañan el inicio del otoño. Cada variedad florece a su ritmo: algunas dan cabezas grandes y pesadas, otras pequeños pompones que parecen planetas en miniatura.
Si las cortas para florero, hazlo temprano por la mañana, cuando los pétalos estén recién abiertos. Duran cerca de una semana si cambias el agua a diario y cortas los tallos un poco en diagonal.
Recuerda que entre más coseches, más florees te dará la planta. Nunca dejes que las flores se marchiten en la planta, pues bajará su producción. Mejor, cósechalas constantemente.
🌾 Guardar los bulbos cuando el ciclo termina
Cuando el frío empiece a llegar y el follaje se seque, es momento de cerrar el ciclo. Corta los tallos dejando unos diez centímetros sobre el suelo y, con una pala pequeña, levanta con cuidado los tubérculos.
Sácalos con paciencia, sin romperlos. Sacude la tierra suelta y déjalos secar a la sombra uno o dos días. Luego guárdalos en una caja hermética con aserrín seco o viruta de madera, en un lugar fresco, oscuro y ventilado.
Durante el invierno descansarán, soñando su próxima floración. En primavera, podrás volver a plantarlos: cada tubérculo que sobrevive lleva dentro la fuerza de la flor que fue y el impulso de la que vendrá.
🌻 Una flor con historia
La dalia es la flor nacional de México, símbolo de elegancia, abundancia y diversidad.Sus raíces fueron parte de los sistemas agrícolas mesoamericanos, valoradas por su belleza, pero también por su uso medicinal y alimenticio.
A lo largo de los siglos, viajó a Europa, donde cautivó a botánicos y jardineros que comenzaron a cruzarla con nuevas variedades. De esas hibridaciones surgieron las dalias que hoy vemos en catálogos de flores —de todos los tamaños, formas y colores imaginables—, hijas de un linaje que combina la herencia mexicana con la curiosidad y el amor por la belleza de quienes las cultivaron después.
Así, cada dalia encierra una historia compartida: la memoria de los suelos donde nació y el eco de quienes la hicieron florecer en otras tierras.
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