El llamado de la mujer salvaje: cómo reconocerla y despertarla en tu vida
- Georgina Schravesande Gutierrez
- 3 oct.
- 3 Min. de lectura
En lo más hondo de cada mujer habita un pulso primitivo.Un latido que no viene de afuera, sino de dentro.Ese pulso es la mujer salvaje: la guardiana de nuestro instinto, la voz interior que nos recuerda que somos parte de la Tierra y que nuestro cuerpo, lejos de ser un obstáculo, es nuestro primer territorio sagrado.

🌿 ¿Qué significa la mujer salvaje?
La mujer salvaje no es un mito ni un personaje de cuento. Es la parte de ti que sabe cuándo hablar y cuándo callar, cuándo quedarse y cuándo partir.Es el fuego de tu creatividad, la ternura feroz con que cuidas a quienes amas, la fuerza que se levanta incluso en medio del dolor.
La mujer salvaje representa lo indomable de nuestra esencia: aquello que no cabe en moldes sociales, que no se domestica, que rehúsa ser reducido a roles rígidos. Es un arquetipo vivo, presente en las historias ancestrales, en los cantos de nuestras abuelas, en las danzas y rituales que aún hoy nos atraviesan.
Como bien señala Clarissa Pinkola Estés en su obra Mujeres que corren con los lobos, esta figura encarna “la fuerza vital instintiva, la integridad de la mujer y su conexión más profunda con el alma.” Reconocerla es recordar que no somos máquinas productivas ni cuerpos para ser contenidos: somos naturaleza viva, cambiante y misteriosa.
🌙 Cómo reconocerla en ti
Puedes sentirla despierta en ti cuando:
Tu intuición es tan fuerte que no puedes ignorarla.
Tu cuerpo vibra con la música, con el bosque, con el mar.
Te atreves a descansar en un mundo que te exige correr.
Sientes placer en tu piel, en tu respiración, en tu voz.
Nombras tus límites sin miedo a decepcionar.
Te permites llorar, gritar, reír o amar sin contención.
La mujer salvaje no aparece siempre con estruendo. A veces se manifiesta en un suspiro profundo, en una mirada clara, en la calma de saber quién eres.
🔥 Cómo despertarla
Despertar a tu mujer salvaje es volver a tu propia raíz. Es elegir, una y otra vez, escucharte por encima del ruido externo. Algunas formas de hacerlo:
Escucha a tu cuerpo como un oráculo: cada dolor, cada deseo, cada ciclo menstrual es un mapa de sabiduría.
Regálate rituales sencillos: un té de hierbas que cosechaste tú misma, un baño de flores, un momento para cantar en la cocina.
Habita los ciclos de la Tierra: la luna, las estaciones, las semillas que germinan y mueren. En su pulso está también el tuyo.
Honra tu linaje femenino: escucha las historias de tu madre, tu abuela, tus ancestras, y atrévete a sanar las heridas heredadas.
Vuelve al arte y la creación: pinta, escribe, baila, teje. La mujer salvaje se expresa en lo que fluye, no en lo que se controla.
Atrévete al silencio: ahí donde no hay pantallas ni expectativas, la escucharás con mayor claridad.
Despertarla es recordarte que no tienes que ganarte tu lugar en el mundo: ya lo tienes, porque existes.
🌸 El regalo de vivir desde la mujer salvaje
Cuando la mujer salvaje está presente, la vida se transforma. Vuelve la confianza en tu voz, en tu intuición, en tus ritmos propios. Se abre espacio para el placer, para el gozo y también para la vulnerabilidad sin culpa.
Es entonces cuando comprendes que tu vida no necesita ser perfecta para ser sagrada: basta con que sea vivida con autenticidad, con presencia y con raíz.
✨ Cuéntame en los comentarios: ¿cómo se manifiesta tu mujer salvaje en tu vida cotidiana? ¿Hay algún ritual, momento o sensación que te recuerde su fuerza? Me encantará leerte.
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