Espirulina viva: un alimento que respira luz
- Georgina Schravesande Gutierrez
- 12 ago
- 3 Min. de lectura
Hay ingredientes que parecen contener en sí mismos la memoria del sol y del agua. La espirulina es uno de ellos: una microalga milenaria, diminuta y azul-verde, que ha sido alimento sagrado para culturas ancestrales y que hoy vuelve a nuestras mesas como un superalimento lleno de vida. Cuando es fresca —la llamada espirulina viva— su sabor es suave y mineral, como una bocanada de aire puro. Cuando está seca y convertida en polvo, concentra su fuerza en un formato más fácil de almacenar y transportar, pero con menor densidad nutricional.

Origen y memoria
La espirulina se forma de manera natural en lagos alcalinos de agua dulce. Civilizaciones como los mexicas en México y los kanembus en Chad la recolectaban para alimentarse. Rica en proteínas, minerales, antioxidantes y clorofila, ha sido reconocida por la FAO como un alimento clave para el futuro por su valor nutritivo y bajo impacto ambiental.
Hoy en día se cultiva de forma controlada en estanques para garantizar su pureza. En México, cada vez más productores artesanales están recuperando el cultivo de espirulina viva, vendiéndola fresca y sin secar, para quienes quieren consumirla en su forma más pura.
Cómo reconocer calidad
Espirulina viva (fresca)
Color: Verde intenso con matices azulados.
Aroma: Muy suave, apenas perceptible, con notas frescas.
Textura: Cremosa, como un paté muy fino.
Sabor: Suave, con un toque mineral y fresco.
Espirulina en polvo
Color: Verde profundo uniforme, sin tonos amarillentos o marrones.
Aroma: Fuerte y característico, pero no desagradable.
Textura: Polvo muy fino, sin grumos.
Sabor: Intenso, mineral y ligeramente marino.
Señales de alerta
Espirulina en polvo con color apagado o tirando a marrón.
Olor demasiado fuerte a pescado o rancio.
Textura arenosa o grumosa.
Cómo elegir y comprar
Pregunta siempre por el origen y el método de cultivo.
Prefiere espirulina producida en sistemas cerrados y controlados, para evitar contaminantes.
Busca productores que realicen análisis de metales pesados y microcistinas.
En el caso de la espirulina en polvo, elige marcas que indiquen fecha de cosecha o secado y que utilicen secado a baja temperatura para conservar nutrientes.
Cómo conservarlo
Espirulina viva:
Mantener siempre refrigerada (de 0°C a 4°C). o congelada.
Consumir en máximo 7 a 10 días si está en el refri.
Evitar el contacto con utensilios húmedos para prolongar su vida.
Espirulina en polvo:
Guardar en un frasco hermético, lejos de luz y humedad.
Consumir en un plazo de 6 a 12 meses.
Usos y combinaciones
Espirulina viva: Añádela a jugos, licuados, dips o úsala como topping fresco sobre ensaladas y bowls. No la calientes para conservar sus propiedades.
Espirulina en polvo: Úsala en batidos, espolvoreada sobre frutas, mezclada con miel o en recetas energéticas como bolitas de dátiles y nueces.
Combina bien con cítricos, plátano, piña, mango, cacao y leche vegetal.
Consumo consciente
La espirulina es una de las fuentes de proteína más sostenibles, pero su pureza depende mucho del lugar y forma de cultivo. Optar por productores artesanales y de cercanía ayuda a garantizar frescura, calidad y trazabilidad. Elige siempre proyectos que compartan abiertamente sus procesos y análisis de laboratorio. Aunque la espirulina (Arthrospira platensis) se cultiva en muchas partes del mundo, gran parte de la producción comercial proviene de China. Esto no es malo por sí mismo, pero es importante asegurarse de que el proveedor ofrezca análisis de pureza y trazabilidad, ya que el alga puede absorber contaminantes si el agua o el manejo no son adecuados. Busca productores que trabajen con sistemas controlados y certificaciones de calidad, o que cultiven en regiones con buena reputación en microalgas, como México, Estados Unidos o Hawai. ✨ Mi proveedor favorito es Spirulinaviva, que cultiva espirulina fresca en San Miguel de Allende, Guananjuato, México con métodos limpios y sostenibles.
La espirulina viva nos recuerda que incluso en lo más pequeño puede habitar una gran fuerza. Es un puente entre el sol, el agua y nuestro propio cuerpo, un alimento que, si se elige bien, nos conecta con la energía más pura de la naturaleza.
Cuéntame si tienes algún proveedor o receta favorita con espirulina; me encantará descubrir nuevas formas de integrarla.
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