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Vivir más despacio y en sintonía con la Tierra

En un mundo que nos empuja a correr, la verdadera rebeldía puede ser bajar el ritmo. No para “hacer menos” como una meta en sí, sino para vivir mejor: con más conciencia, más presencia y más gratitud por lo que tenemos.Vivir despacio no significa quedarse atrás, sino llegar al lugar correcto, al tiempo correcto, con el corazón tranquilo.

Desde mi camino en la herbolaria, el cultivo y la cocina, he aprendido que la Tierra no se apura, pero tampoco se detiene. Todo en ella tiene un ciclo: florecer, dar fruto, soltar, descansar. Cuando nos sintonizamos con ese pulso, encontramos un orden natural que nos sostiene.

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1. Empieza por escuchar

Dedica unos minutos cada mañana para salir al aire libre, aunque sea a tu terraza o patio, o a la calle. Observa cómo está el cielo, qué pájaros cantan, qué aromas trae el viento. Ese pequeño gesto de atención es una forma de anclarte al presente y a tu entorno.

2. Crea rituales cotidianos

No tienen que ser ceremonias elaboradas. Un té de hierbas preparado con calma, encender un sahumerio de salvia o copal, o rociarte con un hidrosol antes de empezar el día pueden convertirse en momentos sagrados que te recuerdan tu conexión con la Tierra.

3. Cocina como un acto de presencia

La cocina es un lenguaje que la Tierra entiende muy bien. Elige ingredientes de temporada, de preferencia de productores locales o de tu propio huerto. Pica, mezcla y prueba sin prisas. Permite que el aroma de un pan horneándose o el sonido de un fermento burbujeando marquen tu tiempo.

4. Alinea tus días con los ciclos naturales

La luna, las estaciones, las lluvias, los frutos que aparecen en el mercado… todos son relojes que puedes seguir. Haz pequeñas adaptaciones: limpiar tu casa en luna menguante, sembrar en luna creciente, comer frutas cuando están en su punto.

5. Cultiva algo, aunque sea pequeño

Un macetón de hierbabuena, un árbol de olivo, un jitomate cherry en la ventana. Cuidar de una planta te enseña paciencia, observación y gratitud. Y si la vida te regala flores, hojas o frutos, úsalos en tu cocina o en preparaciones medicinales.

6. Deja espacio para lo imprevisto

La Tierra es maestra en improvisar: una lluvia inesperada, una semilla que germina sola. Deja que tu agenda tenga huecos para el descanso, el juego, o simplemente para seguir lo que te inspire en ese momento.

7. Haz pausas tecnológicas

No necesitas vivir sin pantallas, pero sí puedes establecer momentos libres de notificaciones: al despertar, durante las comidas, antes de dormir. Esto no solo calma tu mente, también abre espacio para escuchar tu propio ritmo.

8. Celebra lo que cambia

Un día de neblina, la primera flor de la temporada, el olor a tierra mojada, el viento que anuncia la llegada del otoño... Estos regalos están ahí todos los días, pero a veces los pasamos por alto. Agradecerlos es una forma de habitar el presente.

Vivir más despacio es un recordatorio de que la vida no se trata solo de llegar, sino de caminar sintiendo la tierra bajo los pies. En KUX-AL creemos que volver a este ritmo es también volver a casa.


Y tú, ¿qué haces para vivir más en sintonía con la Tierra? Cuéntamelo en los comentarios para seguir inspirándonos entre todos.


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